VANESSA PEY

IDENTIDADES AMBIGUAS

Adiferencia de otras ferias internacionales que solamente se han celebrado digitalmente, LOOP Barcelona también ha podido hacerlo de modo presencial, aunque de manera diferente a ediciones anteriores, cuando las galerías ocupaban las habitaciones de un hotel céntrico de la ciudad. En esta ocasión ha sido el Museo de Historia de Catalunya, que ha cedido una parte de sus salas para que se instalaran 16 galerías, las que junto con 60 espacios más repartidos por toda la ciudad, como por ejemplo Arts Santa Mònica, y se expusieran los trabajos de los 160 videoartistas participantes. Asimismo, la existencia de una plataforma digital, en la que han concurrido otras 28 galerías, ha permitido que el público se acercara a las obras desde la distancia

Para el galerista Carlos Durán, que codirige LOOP Barcelona junto con Emilio Álvarez, esta nueva experiencia, a pesar de las dificultades que han tenido que solventar, la considera positiva, ya que ha servido para que el público y el coleccionista local se hayan acercado a las propuestas presentadas por los videoartistas. Aún no se han ofrecido datos respecto a las ventas, pero tenemos constancia de que han adquirido obra el MACBA y la Fundación La Caixa, entre otras instituciones. Según el comisario y promotor cultural Llucià Homs, la feria se “plantea como un modelo a seguir para entender que, incluso cuando se trabaja desde el plano internacional, se ha de cuidar la mirada sobre el próximo. Porque todo está por hacer y todo es posible…”.

Dentro de este apartado, la galería L&B presenta el trabajo de los últimos tres años de la artista pluridisciplinar Vannesa Pey (Tarragona, 1973), con el título de Facing Discontinuity (Afrontar la discontinuidad), comisariada por Gabriel Virgilio Luciani, en la que se exhiben tres videos y una serie de fotografías de grandes dimensiones, que según Luciani, la artista “con su ojo postrock, postpunk y postgoth, nos invita a acompañarla a ella y a su reparto de sujetos en una indagación textural a raíz de la faceta más intangible y más perpleja del ser humano: la identidad”.

Vanessa Pey se interesó por la fotografía a principios de los ´90, siguiendo el camino de su padre, el también artista multidisciplinar Marcel Pey. Su formación académica no procede del campo del arte, sino de las leyes, ya que se licenció en Derecho, y luego realizó un Máster en Publicidad. Ha obtenido diversos premios y becas, entre los que destacan la Muestra de Fotografía Joven de la Generalitat de Catalunya y el de la Beca de Artes Visuales de los Premios Reus. Su obra se ha podido contemplar en diversas ciudades españolas, así como en Alemania, Holanda, Francia y Canadá. Ha participado en ferias internacionales: Art Cologne, ARCO i New Art. Su primera exposición individual fue en 1998, en Fotocentre Prim de Lleida, dentro de la Primavera Fotográfica de Catalunya.

Desde siempre su obra se ha movido en el terreno de la representación de la figura humana, principalmente femenina, sobre todo en la década de los ´90, ya que posteriormente la figura masculina también es protagonista. Por ello, en sus trabajos se advierte una cierta ambigüedad, ya que en realidad no sabemos con certeza el sexo de los personajes que aparecen en las fotografías y videos. El desnudo femenino es una forma de ver la realidad dentro de una óptica donde aparece el cuerpo de una mujer sobre un fondo oscuro, por lo que el movimiento –siempre presente en su obra– la luz y el entorno es donde acontece todo.

El público que visite la exposición de la galería L&B contemplará una sucesión de imágenes en movimiento, tanto si se trata de soporte fotográfico como de video. El personaje que aparece en los videos realiza una especie de danza, como si estuviera poseído. El protagonista de los tres videos es quien ha comisariado la muestra. Su cuerpo parece desvanecerse con el movimiento, mientras se va contorneando y desplazando. Para Gabriel Virgilio Luciani, son personajes que se hallan en medio “de la agitación, la angustia, el enojo y la desorientación que los rodean, por tanto obligándonos a cuestionar nuestros propios estados identitarios”.

Respecto a las imágenes estáticas de soporte fotográfico, destacan las que presentan unos fondos rojos donde aparecen unos cuerpos en negro que parecen desplazarse en el espacio. La distorsión, la fragmentación y el movimiento son claros síntomas de mostrar una realidad que sólo está en la mente de su creadora. Mientras que en las obras donde surge el rostro de una mujer –aparentemente lo parece– con los labios y los ojos pintados, su mirada expresa preocupación e interés por lo que acontece a su alrededor. Otras obras en cambio son monocromas, ya que sobre un fondo gris aparecen unas figuras en negro. En este caso son más sutiles y elásticas, son cuerpos o líneas que bailan suavemente en un espacio vacío. El color y la luz logran transformar al unísono cada una de las obras que se exhiben. Según la propia artista “la fotografía me permite captar y explicitar la parte más oculta de la persona, partiendo de una actitud o simple gesto”.