GRETEL CAZÓN entre melodías que desatan pasiones

iría el poeta: “el tiempo, el implacable, el que pasó…siempre una huella… y con licencia para parafrasearlo, la huella ha sido felizmente inolvidable para la intérprete y actriz Gretel Cazón. Egresada del Instituto Superior de Arte en las especialidades de canto lírico y actuación, suma más de una década de alternar la magia de los sonidos y silencios con la capacidad de mostrar otras vidas. Ambas exigencias las demostró en su primer gran concierto en el Museo Nacional de Bellas Artes. Hoy lo recuerda, pero sabe que la historia podrá ser revivida, pues quedó grabada como DVD dirigido por el reconocido creador Lester Hamlet.

Previsto para ver la luz a través de Producciones Abdala, este DVD, resultado del empeño del Centro Nacional de Música Popular y el Instituto de la Música, significó fiesta de celebración; tránsito por momentos inolvidables en la profesión de esta artista que sabe el justo valor del rigor y la excelencia en el decir y hacer.

La cámara curiosa develó la esencia de un concierto donde cada momento fue especial. Un repertorio perfectamente definido que fundió poesía con trova tradicional y contemporánea, zarzuela y estándar de jazz, balada y filin, sin perder la sabrosura de la guaracha, propició que compositores de la talla de Ernesto Lecuona y Marta Valdés se mezclaran en total armonía con la esencia de un entrañable José Jacinto Milanés.

La cantante creó una atmósfera mágica y los aplausos confirmaron el acertado camino elegido por esta artista que nunca deja de serlo, de ahí su sensible manera de comunicarse con el público y la sutileza con que lo convierte en cómplice de su sentir.

No hubo adiós en una velada que dejó al descubierto cual giro de girasoles hacia todas direcciones, el andar seguro de una Gretel también bendecida por la dulzura y la energía de esa madre espiritual de cada cubano, y que en ella tiene una hija que se crece sin temores, ni dudas; y para quien poco más de una hora no fue suficiente para acompañarla, simplemente porque sabe cómo pasear por el escenario, con delicado desenfado, entre melodías que desatan pasiones.