Exclusivaslatinoamericanas

CICLOS DE LA VIDA

LA VIDA ES UNA SECUENCIA DE CICLOS QUE MARCAN LAS ETAPAS DE NUESTRO CAMINO, ASÍ ES TAMBIÉN EN EL MUNDO DEL VINO. SOBRE SUS ANALOGÍAS LES CONTAMOS

Cada momento de la vida nos ofrece algo diferente y, si no atravesamos los ciclos vitales cuando corresponde, podemos desarrollar un sentimiento de no pertenencia. Esta sociedad, en líneas generales, parece que tiene demasiada prisa en que ciertas etapas de la vida se pasen cuanto antes, y las acorta. Esto nos conduce a un gran cambio como sociedad: niños (por edad) comportándose como adultos, yendo a sitios de adultos y vistiendo como adultos.

En el mundo del vino, sobre todo en el mundo de la viticultura, sucede algo muy similar… Las modas y tendencias suelen marcar senderos que hacen que nos olvidemos de nuestras raíces, de dónde venimos, y a veces nos hacen quemar fases de manera vertiginosa, ese concepto de inmediatez, que hace que perdamos detalles que son mágicos.

Hasta los 7 años, estamos en el mundo del pensamiento mágico. La imaginación en esta etapa nos permite vivir en una realidad propia y paralela en la que todo es posible. En esta etapa inventamos, exploramos y soñamos. Cuanto más potenciemos estas tres facetas, más recursos tendremos en nuestra etapa adulta para crear circunstancias que vayan en nuestro favor. Lo mismo sucede con las cepas jóvenes. Esos primeros años, donde la ilusión y los sueños marcan el camino futuro, elegir un tipo de clon, una variedad, pensar en una futura conducción, esa decisión sobre si será vaso o espaldera, si la cepa será blanca o tinta, si el clon será más productivo o menos, son elementos que definirán el futuro para las siguientes generaciones.

De los 7 a los 12 años entramos en el periodo de la niñez intermedia. Seguimos siendo niños, pero en nuestro mundo ya hay reglas, bajamos a la realidad y somos mucho más conscientes de las consecuencias de nuestros actos. En este caso la ilusión sigue intacta, pero entendemos que la viña no es un juego, empezamos a aterrizar elementos que antes eran imperceptibles, como por ejemplo que tenemos que obtener una rentabilidad y que pronto deberemos ser capaces de vivir de nuestro conocimiento, además de nuestro trabajo.

De los 12 a los 14 años, nos introducimos en la etapa de la pubertad de lleno, aunque se haya podido iniciar antes. Los cambios físicos se van manifestando y la inseguridad por las presiones del entorno aumenta. Comienzan las dudas, hay caminos que se muestran delante de nosotros y debemos decidir. Hay opciones, como la agricultura ecológica, la biodinámica o la agricultura tradicional, que debemos tener en cuenta para dibujar un futuro que ya es próximo.

A partir de los 14 años, podemos hablar de etapa adolescente clara, aunque sabemos que puede comenzar un poco antes. En esta edad nos queremos desprender de todo lo que nos recuerda a nuestra infancia. Es como si oficialmente estuviéramos en otra categoría. Las preguntas acerca de nuestra identidad se hacen cada vez más hueco

En el mundo del vino, sobre todo en el mundo de la viticultura, las modas y tendencias suelen marcar senderos que hacen que nos olvidemos de nuestras raíces, de dónde venimos, y a veces nos hacen quemar fases de manera vertiginosa.

Los hijos suelen cambiar el estilo para aportar algo diferente, innovador, introduciendo más barrica, o más madurez generalmente, pero a la vuelta de varios años, vuelven a la esencia de sus padres, al adquirir experiencia se dan cuenta de que cuando has alcanzado la cúspide de la excelencia, solo debes mantenerla, en hilo infinito de singularidad.

en nuestra vida. Nuestro despertar hacia las cuestiones sentimentales es cada vez mayor y comenzamos a interpretar lo que nos sucede en este campo, conformando creencias acerca de nosotros, de las relaciones y del amor. Este puede ser el momento del cambio generacional. Me hace recordar los cambios en una zona tan importante como Borgoña, los traspasos en productores famosos de padre a hijo. Los hijos suelen cambiar el estilo para aportar algo diferente, innovador, introduciendo más barrica, o más madurez generalmente, pero a la vuelta de varios años, vuelven a la esencia de sus padres, al adquirir experiencia se dan cuenta de que cuando has alcanzado la cúspide de la excelencia, solo debes mantenerla, en hilo infinito de singularidad.

De los 20 a los 30 años estamos cargados de energía. Pensamos en grande y nos imaginamos una vida plagada de éxitos. Es la etapa de estreno en el mundo adulto. Comenzamos a trabajar y experimentamos nuestro valor en el campo laboral. En esta franja nos encanta cambiar de empresa y nos enorgullece que nos ofrezcan más responsabilidades.

Las relaciones sentimentales se vuelven más serias que en la etapa anterior. Hace años este era el momento elegido por las personas para estabilizarse sentimentalmente y para construir una familia. Hoy día, en esta etapa, la mayoría de las personas están enfocadas en su carrera profesional y en tener experiencias amplias y jugosas de la vida. Llega el momento de semi madurez, tenemos el viñedo controlado y sabemos gestionarlo, y ahora arranca el momento de embarcarse en nuevos proyectos. Si tenemos el posicionamiento, buscamos la liquidez, y si tenemos la liquidez buscamos el posicionamiento. Con posicionamiento me refiero a un proyecto pequeño, en concepto artesanal, basado en viñedo ancestral y a elaborar pocas botellas, todas y cada una de ellas cargadas de alma. Como liquidez pienso en un proyecto de viñas jóvenes, en espaldera y una bodega con capacidad de elaborar cientos de miles de botellas.

De los 30 a los 40 años es cuando nos damos cuenta de que somos adultos y empezamos a pensar en la estabilidad laboral y sentimental. Es la época de los hijos, de querer echar raíces, y todo lo que hayamos construido en esta década lo establecemos como base inamovible. Por eso, en esta etapa, las rupturas sentimentales son tan complicadas de superar. Cuando rompemos en esta franja de edad entramos en una crisis de identidad que nos hace cuestionarnos el propósito de nuestra vida y nos preguntamos el sentido de todo lo que nos rodea. En esta época estamos más preocupados por asentar que por innovar. En cada botella hay un claro peso de la experiencia, pero no elementos de creatividad. Sabemos lo que hacemos bien y simplemente le damos continuidad.

De los 40 a los 55 sale a relucir el mayor potencial del ser humano. Hemos acumulado experiencias y vivencias, y

tenemos energía, lo que, unido a la templanza y serenidad que nos otorga el tiempo, nos proporciona el estado ideal para la consecución de metas. Esta es una etapa de cambios, y en ella también aparecen las crisis sentimentales que pueden desembocar en rupturas. La madurez y la experiencia son como una solera en Jerez. Hay varias fases, desde las botas más altas (sobretabla), que es por donde entra el vino recién fermentado, pasando por las botas descendentes (tercera criadera, segunda criadera y primera criadera), donde el vino va ganando complejidad, hasta llegar a la solera, que es de donde se extrae el vino para hacer las sacas. Nos damos cuenta de que del vino que entró por la sobretabla, al que salió por la solera, poco a nada tienen que ver… El tiempo y la experiencia les han llevado a ser genuinos.

Hay muchísimos proyectos a lo largo del mundo, pero solo unos pocos elegidos son capaces de despertar sensaciones, de aquellas que se graban a fuego en la memoria, de aquellas que envuelven a través de un viaje donde transportarte mentalmente a ese lugar de donde surge ese oro líquido, a través de la herramienta de beber el tiempo, quizás es una sensación similar a la de aquel que surca los mares en el deseo de traspasar los límites y atisbar nuevas fronteras

A partir de los 55 años, se priorizan las cuestiones vitales y cuidamos los vínculos afectivos. No atravesar correctamente cada etapa puede conducirnos a una crisis en estas edades que nos haga renegar de la edad que tenemos, comportándonos de una forma rocambolesca o buscando compañías de personas más jóvenes que nosotros, tratando de cerrar los ojos a nuestra propia realidad. Dado que la esperanza de vida ha aumentado significativamente, el atardecer de la vida se ha alargado y se abren nuevas etapas donde la sabiduría y la despreocupación por los asuntos más mundanos, que antes eran el centro de nuestras inquietudes, se dan la mano. Llega el momento de madurez total. Ahora lo importante no es cuidar de viñas ni elaborar un gran vino, ahora el objetivo es crear arte.

Algunas botellas, antes que vino, deberían estar catalogadas como piezas de arte, y este mismo arte, que tantos senderos tiene, uno de ellos es el del arte en versión líquida, un arte diferente al de una escultura o un lienzo, un arte que no se puede vivir tantas veces como uno quiera, sino que dura el suspiro de una botella, el que permanece un instante y no se puede repetir, porque los momentos efímeros son preciosos y para mí representa la forma más pura de este.

Se trata, a fin de cuentas, del gusto de la memoria, de esa idea de preservar un elemento que enriquece la sociedad, de echar la mirada atrás y a cómo se entendía el vino, cómo se disfrutaba y se vivía, para poder ofrecérnoslo en el presente. Para adaptarte al paraje tienes que entender lo de atrás para que tenga sentido. Es un acto de respeto, casi espiritual y repleto de sentido en un paraje que roza la fantasía.

La razón estriba en la confusión y en la pérdida de identidad que conlleva una ruptura, lo cual nos puede llevar a sentirnos en tierra de nadie, ocupando territorios más propios de otras edades. Atrévete a conquistar el terreno que te pertenece. El mundo del vino es mágico y quien lo elabora en realidad escribe una historia en versión líquida sobre su vida misma. Aunque cada fase es bella, lo mejor siempre está por llegar.

Hay muchísimos proyectos a lo largo del mundo, pero solo unos pocos elegidos son capaces de despertar sensaciones, de aquellas que se graban a fuego en la memoria, de aquellas que envuelven a través de un viaje donde transportarte mentalmente a ese lugar de donde surge ese oro líquido.

INVINOVERITAS

es-es

2021-07-01T07:00:00.0000000Z

2021-07-01T07:00:00.0000000Z

https://revistasexcelencias.pressreader.com/article/281663962992559

Exclusivas Latinoamericanas