Potencialidades de un destino termal

LA MAYOR DE LAS ANTILLAS OFRECE UNA GRAN OPORTUNIDAD PARA LA INVERSIÓN EXTRANJERA EN CENTROS TERMALES, ASÍ LO AVALAN LA CALIDAD DE SUS AGUAS Y FANGOS MINEROMEDICINALES, EL DESARROLLO DE SU MEDICINA Y LAS BONDADES DE SU CLIMA TROPICAL EN EL MÁS SEGURO DE L

Casi desde el inicio de su colonización existen en Cuba referencias a los poderes curativos de sus recursos termales y mineromedicinales. Pero no es hasta los años 20 del pasado siglo que los científicos comenzaron a investigar las aguas y los fangos con un enfoque terapéutico que respaldaba la sapiencia popular, y al que complementaron con elementos tales como el descanso y la relajación.

Gracias a estos estudios se identificó en las 15 provincias y en el municipio especial Isla de la Juventud la presencia de aguas sulfuradas, bromoiódicas, silíceas, radónicas, arsenicales, ferruginosas y de composición compleja, algunas de ellas con una larga data de explotación en los siglos XIX y XX, y, aun así, poseedoras de cuantiosas reservas. Cuba destaca en la región por la exhaustiva información que ha acumulado en torno a la localización y clasificación de sus recursos termales, así como por la alta calificación de su personal de salud y su desarrollo científico-médico.

POR LA RUTA DE LAS AGUAS

Estas fuentes de bienestar y sanación, además de sus valores mineromedicinales, comparten la ventaja de estar enclavadas en parajes de belleza excepcional. Se les halla lo mismo en agrestes montañas, en los márgenes de ecosistemas costeros casi vírgenes, en llanuras de belleza proverbial que rodeadas de encantadores y añejos poblados coloniales.

Uno de los ejemplos más notables son los manantiales minero medicinales de San Diego de los Baños, en Pinar del Río, los primeros de los que se tuvo referencia en el país en el lejano 1621. En el siglo XIX comenzaron a llegar aquí miles de enfermos de todo el mundo con patologías como artrosis, enfermedades reumatológicas y afecciones degenerativas del sistema nervioso; y es que, si se trata de acceder a unas aguas con cualidades analgésicas, relajantes, antiinflamatorias y cicatrizantes, no las hay mejores que las de este lugar cargado de tradiciones. El poblado colonial del mismo nombre, nacido a su vera, completa la

atmósfera de misticismo y atemporalidad que lo envuelve.

Para una isla en la que fluyen sin cesar aguas milagrosas, no debiera sorprender que se considere un prodigio lo que mana de Elguea. No obstante, así es. La fama internacional de este enclave, situado en la costa norte de la provincia de Villa Clara, en el centro del país, se debe a su éxito en la sanación de varias afecciones circulatorias, reumáticas, neurológicas y respiratorias, que no encuentran solución con otros tratamientos.

También en el centro del país, específicamente en la provincia de Sancti Spíritus, se encuentran las pródigas aguas de San José del Lago, donde, a través de una extensa llanura poblada de vegetación, serpentean los ríos de composición bicarbonatada cálcica y se extienden exquisitos lagos como espejos.

Asimismo, su proximidad al Parque Nacional Caguanes lo convierte en destino ideal para el turismo de naturaleza.

Poco tiene que envidiarle San Miguel de Los Baños, otra joya termal, esta vez oculta entre elevaciones, donde sorprenden las temperaturas de un microclima propio de la provincia de Matanzas. Las pozas que allí se encuentran hacen honor al pueblo homónimo del que nacen y que fuera conocido en la primera mitad del siglo XX como el Paraíso de Cuba. Sorprende el exuberante lujo del palacete estilo renacimiento construido entorno a los manantiales y de un alto valor patrimonial.

No muy lejos, en un entorno ideal para la práctica del ecoturismo, se hallan las aguas de Menéndez, famosas por usarse para tratar afecciones dermatológicas, digestivas, respiratorias y osteomioarticulares. Aseguran los entendidos que sus 7 pozos de aguas de mesa, de muchos tipos y grados de mineralización, le confieren un lugar cimero en América Latina gracias a su diversidad.

Décadas atrás se recibieron aquí turistas procedentes de Estados Unidos que venían en sus yates privados a recibir los beneficios de las termas, y a los que seguramente también seducía la cercanía del sitio con el célebre balneario de Varadero.

Pero el paisaje más alucinante, sin duda, se descubre al visitar los manantiales de San Vicente, en la occidental provincia de Pinar del Río, muy próximos al extraordinario Valle de Viñales, único de su tipo en el mundo. Hasta allí llegó, en busca del poder de sus aguas reconstituyentes y de su pacífico en torno, el premio nobel de Literatura Ernest Hemingway, quien, como muchas otras celebridades de la época, encontraba en este oasis de verdor y silencio el equilibro pleno entre mente y cuerpo.

Belleza, sosiego y aguas maravillosas, capaces de tratar diversas afecciones, son algunas de las muchas bondades que comparten los sitios anteriormente descritos, entre decenas de ellos a lo largo de la geografía cubana. Son también, coincidentemente, los beneficios que suelen buscar los inversores interesados en este tipo de negocios; quienes cuentan con la posibilidad de materializar estos proyectos a partir de la aprobación de la Ley de Inversión Extranjera en el país y la inclusión del termalismo en su cartera de Oportunidades.

Cuba, que en esta materia guarda riqueza sin par y a la que le interesa la asociación con capital extranjero, no hace sino ofrecer un tesoro capaz de curar el cuerpo y vivificar el alma, en un destino seguro y bendecido con un magnífico clima.