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Tragedia en Bihar

ERA EL 6 DE JUNIO DE 1981 CUANDO EL ESTADO INDIO DE BIHAR, EN EL NORTE DEL PAÍS, SE CONVIRTIÓ EN ESCENARIO DE UN DESASTRE FERROVIARIO QUE CONMOCIONÓ POR COMPLETO A LA NACIÓN

Por Amparo López Rego

Se estima que en la India hay más muertes por accidentes viales que por terrorismo o desastres naturales; se trata de un país en la lista de los más extensos del mundo, con más de 13 billones de habitantes y que muy probablemente llegue a superar a China en población. Entonces, bajo estas premisas, no es de extrañar que su sistema de transportación signifique un verdadero desafío para el gobierno y las compañías a cargo de su funcionamiento.

El modo esencial de transportación para la mayoría de los habitantes de la India continúa siendo el transporte público. La red de caminos indios es la segunda más larga y utilizada en todo el mundo y se calcula que por ella transitan más de 8 billones de viajeros y casi un millón de toneladas de carga cada año.

Particularmente, las estadísticas recogen que a través de las líneas férreas indias se mueven diariamente unos 18 millones de pasajeros.

Ferrocarriles en la India

Los primeros ferrocarriles indios se remontan al año 1832. Actualmente, la Indian Railways (IR, Ferrocarriles Indios) es la cuarta red ferroviaria más grande del mundo, una red que opera alrededor de 19 000 trenes cada día que sirven a casi 8000 estaciones y que cuenta con unas 13 000 locomotoras para mover unos 76 000 vagones de pasajeros y alrededor de tres millones de vagones de carga.

Entonces, no hay dudas de que, en la historia de la India, el desarrollo ferroviario ocupa una posición destacada; aunque, con tales números, es lógico asumir que las líneas de hierro indias, a lo largo de su existencia y evolución, han sido testigos de dramáticos eventos.

Accidente en Bihar

Cerca de mil pasajeros se apiñaban en nueve vagones. El tren recorría la ruta de Mansi a Saharsa, en la región del estado de Bihar, al norte del país y a unos 400 km de la ciudad de Calcuta.

Era el 6 de junio de 1981 y al ser época de monzones, el recorrido encerraba torrenciales lluvias que volvían resbaladizas las vías y provocaban el desbordamiento de los ríos.

El recuento del suceso asegura que el “infierno” se desató con un fuerte e inesperado frenazo cuando se aproximaban al puente sobre el río Bagmati. Dicen que una vaca interrumpía el paso y como el conductor era un devoto creyente del hinduismo y en esta religión las vacas son animales sagrados, fue instintiva su reacción para evitar dañarla.

Comoquiera, las húmedas —y por tanto escurridizas— líneas férreas, no permitieron que las ruedas del tren se adhirieran a ellas para detenerlo, de tal suerte descarriló y siete de los coches fueron a hundirse con rapidez en el crecido río.

El panorama era devastador. Los rescatistas se encontraban a horas de distancia; cuando arribaron al lugar del siniestro, ya era demasiado tarde para la mayoría de los infortunados pasajeros.

Después de cinco días de búsqueda, se recuperaron casi 300 cuerpos, pero otros 300 nunca aparecieron. Es así que se considera que al menos 600 personas fueron víctimas de la decisión del conductor.

Ya que el suceso no fue bien documentado, sus causas fluctúan entre el fallo del freno, las adversas condiciones climáticas y las inundaciones; no obstante, es reconocido como uno de los accidentes ferroviarios más mortíferos que se hayan registrado en el mundo.

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2022-07-22T07:00:00.0000000Z

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