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Los tranvías de Cienfuegos

«LA PERLA DEL SUR» DISFRUTÓ DE UN IRREGULAR SERVICIO TRANVIARIO, CON DIVERSAS FUENTES MOTRICES QUE MARCARON CARACTERÍSTICAS ÚNICAS ENTRE LOS SERVICIOS DE OTRAS CIUDADES CUBANAS. VEAMOS

Por Alfonso Cueto Álvarez

Con el nombre de Palmira & Cruces Electric Railway and Power Company (CPCERPC), se establece en 1902 en Maine, EE. UU., la compañía que brindaría servicio de tranvías y energía eléctrica a la ciudad de Cienfuegos y sus alrededores. Aunque el proyecto alcanzaba los 450 km de vías, solo se contruyeron 46. La electricidad se generaría en el salto de agua del Hanabanilla, a unos 45 km al este de la ciudad, y el paradero de los equipos se encontraba en la avenida Dolores y línea del ferrocarril.

Debido a problemas con la generación de la hidroeléctrica, es en 1912 cuando comienza a materializarse la idea del servicio. La CPCERPC desiste de la alimentación por cable y ordena, a las norteamericanas J.G. Brill y St. Louis Car, 12 y 15 tranvías a batería, respectivamente. El 8 de febrero de 1913, dos equipos comienzan viajes de prueba por la calzada de Dolores y el servicio se inaugura oficialmente el 13 de ese mes en la esquina de San Fernando y D´Clouet.

La entrega se completa en 1917 y, en el mismo año, el sistema se extiende a campo traviesa 25 km hacia el nordeste de la ciudad a partir de la Ave. Dolores, alcanzando desde Caonao hasta el central Hormiguero. Aunque aparecían en el nombre de la compañía, el servicio nunca alcanzó directamente ni a Cruces ni a Palmira. Tuvieron prioridad otros intereses como el central azucarero y las minas de piritas de oro de La Carlota, cercanas a Cumanayagua.

La prosperidad de estos servicios reavivó de nuevo la idea de electrificar por cable. La compañía ordenó a la Cincinnati Car Co, de Ohio, seis coches de ocho ruedas que realmente eran equipos interurbanos con boggies de cuatro ruedas a cada extremo, propios para travesías a mayores distancias y con mayor capacidad.

Los coches arribados a fines de año a Cienfuegos poseían trolleys y pantógrafos y se acompañaban de los suministros necesarios para su puesta en operación, aunque nunca prestaron servicio en la ciudad. La sobredimensión de la CPCERPC la llevó a un estado financiero que la hizo retroceder al sistema de baterías y vender, en 1924, los coches de la Cincinnati al ferrocarril de Hershey, que los usó por décadas en el servicio múltiple entre Casablanca-Central Hershey-Matanzas. Con el diferencial de esa compra-venta, adquirió algunos tranvías a batería de la compañía matancera, que había pasado a la alimentación por cable.

En esos años, la American & Foreing Power, perteneciente a la holing Electric Bond & Share, invade el mercado cubano y adquiere prácticamente todas las entidades generadoras de electricidad en la Isla. En Cienfuegos, compraron su planta eléctrica e inauguraron, en 1926, un servicio de tranvías por cable, convirtiendo todos los coches existentes a la nueva fuente de alimentación.

No sería la última conversión de sistema para los tranvías cienfuegueros pues, entre 1928 y 1935, desapareció el sistema eléctrico y los coches fueron convertidos a gasolina hasta su desaparición como servicio en 1954. Fueron los únicos en la Isla que utilizaron tres formas diferentes de tracción, siendo la gasolina la más usada por casi un cuarto de siglo. Aún en 2003 se podían observar en sus calles los rieles que sirvieron a la ciudad, disputándose con Matanzas el ser la última en cesar el servicio tranviario en Cuba.

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2022-09-26T07:00:00.0000000Z

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