Exclusivaslatinoamericanas

A través de la séptima maravilla de la ingeniería civil cubana

VIAJAR DE GUANTÁNAMO HASTA BARACOA RESULTA SIEMPRE, SIN DUDAS, UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE

Por Loriet Gómez Mejias

La ruta Guantánamo-Baracoa puede resultar de gran atractivo si pensamos en la historia que nos remonta a la fundación de nuestras primeras villas. Quizás sea hasta una meta visitar el punto más oriental de la Isla. Sin embargo, su encanto va mucho más allá. Y es que existe una vía que permite contemplar la espectacularidad de un paisaje desértico-costero, primero, y, más adelante, el de selva tropical: el Viaducto de La Farola, inaugurado en 1965.

La más reciente de las siete maravillas de la ingeniería cubana constituye el más importante y directo enlace por tierra desde Guantánamo hasta Baracoa, el municipio cubano más montañoso. Otras rutas resultan demasiado extensas o implican peligrosas complicaciones a causa del estado constructivo de la vía, las condiciones climáticas y seguridad. Para su construcción, se emplearon técnicas muy novedosas que salvaguardaban la fortaleza de la roca e impedían posibles deslizamientos en un trazado que solo tropezaba con un obstáculo de 6 km en la loma La Farola.

Al salir de Guantánamo, la ruta toma dirección sureste, pasa cerca del fondo de la bahía camino a Yateritas. Cerca del litoral, atraviesa por Tortuguilla, el Naranjo, Baitiquirí, San Antonio del Sur, Cardonal, Macambo, Yacabo Abajo, El Salado e Imías hasta Cajobabo. Gira entonces hacia el norte, cruza la sierra por el paso de La Farola y penetra los caseríos de Sabaneta, Sabanilla, El Laurel, Los Hoyos, La Púa, Jobo Dulce y Cabacú hasta alcanzar a Baracoa.

La carretera de hormigón se sostiene en el aire a 450 m sobre el nivel del mar y tiene una longitud de 6 km que recorren la montaña La

Farola. Posee 6 m de ancho y, en los lugares donde el terraplén no daba el ancho, se levanta un viaducto sobre el precipicio con vigas prefabricadas de hormigón de 40 cm de diámetro, con una cimentación en forma de dado, de 1,2 x 1,2 m y altura variable, sobre pilotes del mismo material. Las complejidades de su ejecución y la importancia que reviste motivaron a que, en febrero de 1997, la Sociedad de Ingeniería Civil de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC) lo incluyera entre las Siete maravillas de la ingeniería civil cubana.

Las fuertes y frecuentes lluvias, además de los peligrosos derrumbes ocasionales y parciales que se producen en algunas de sus pendientes, exigen un mayor cuidado al transitarlo. Asimismo, sus apretadas y muy recurrentes curvas, las mismas que le hacen parecer una serpiente que recorre la montaña, con grandes declives y al borde

de los precipicios, resultan en extremo peligrosas para conductores no avezados o poco conocedores de la zona.

El Viaducto de La Farola abre las puertas de Baracoa al mundo para apreciar su belleza, su historia, su tradición, su paisaje y su cultura. «Esta obra, que es de muchos, va bien ganada la condición de Monumento Nacional, pero La Farola es mucho más que el viaducto, es un monumento a la inteligencia y al valor humanos, a la armonía del hombre y la naturaleza».

CONTENTS

es-es

2022-09-26T07:00:00.0000000Z

2022-09-26T07:00:00.0000000Z

https://revistasexcelencias.pressreader.com/article/282540137216861

Exclusivas Latinoamericanas