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Una señorita por los aires

LA PRIMERA AVIADORA DE GALICIA Y DE ESPAÑA: UNA MUJER AGUERRIDA QUE ROMPIÓ CON LOS ESQUEMAS DE SU ÉPOCA, ALLÁ EN LOS ALBORES DEL SIGLO XX

Por Amparo López Rego

Se llamó Elisa Patiño Meléndez y nació en 1890 en Pontevedra, provincia española ubicada a lo largo de la costa atlántica y que es parte de la comunidad autónoma de Galicia. Hija de Duques, era de esperar que Elisa, apodada cariñosamente Chichana, recibiese una excelente educación que, junto a sus agraciados rasgos y figura, hizo de ella una de las chicas más llamativas de la sociedad de la época.

Chichana era marcadamente talentosa, tocaba piano y violín, cantaba y pintaba. Conocida además por su frecuente contribución a favor de causas humanitarias, todos la suponían en un buen matrimonio que le permitiese establecer una familia sólida y provechosa. Nada más alejado de las intenciones de Elisa quien, aunque no rechazaba la perspectiva de un esposo e hijos en algún punto de su vida, anhelaba primero disfrutar de esta con todos sus desafíos y emociones.

El simple hecho de que Chichana recorriera en bicicleta el camino de 6 km desde Sanxenxo (municipio de Pontevedra) al Pazo de Revel, en Villalonga (Parroquia del municipio de Sanxenxo), en tiempos en los que no era seguro ni «saludable» para una mujer viajar sola y menos sobre dos ruedas, es prueba del vigor y el arrojo de la joven. Chicana de un avión

En los comienzos del siglo XX, para muchos volar era algo cercano a lo mágico. Cualquier demostración de tamaña audacia provocaba admiración y acaparaba de inmediato el interés de las multitudes. Era el caso de también gallego José Piñeiro, aviador civil que llegó a destacarse no solo como piloto, sino particularmente por sus vuelos acrobáticos, presenciados por considerables espectadores.

El 8 de abril de 1913, Piñeiro se remontó en los aires acompañado, nada más y nada menos que por Chichana, y como pueden imaginar, la noticia mereció espacio en la prensa.

El Correo de Galicia publicó un artículo titulado «Una señorita por los aires» (de ahí el título de este) que daba cuenta de la proeza:

«El domingo último sorprendió Piñeiro a los vecinos de Sanxenxo con un soberbio vuelo hecho en circunstancias muy interesantes. A las nueve de la mañana se elevó en el aeródromo de Baltar, y después de varias evoluciones interesantes, descendió en la pintoresca playa de Sanxenxo. Desde allí partió nuevamente en su magnífico “Blériot”, llevando a la distinguida Srta. Chichana Patiño, quien con una admirable serenidad cruzó los aires durante algunos minutos en compañía del notable aviador. Al descender, fueron objeto de una ovación».

Chichana, admirada por sus destrezas, buen plante y generosidad, había volado sentada en una tabla, una adaptación necesaria que recibió el monoplaza «Blériot» de 50 CV que pilotaba Piñeiro. La temeraria joven se había convertido de esta suerte en la primera oriunda de Galicia en cruzar el cielo gallego.

Este no fue el único vuelo en que Piñeiro contó con la compañía de Chichana; otros llegaron, la joven aprendía, hasta que...

Diez años después de los hermanos wright

El 17 de diciembre de 1903, los hermanos Wright entraron en la historia de la aviación al efectuar el primer vuelo con un aeroplano motorizado, en Carolina del Norte, EE. UU.

Diez años después, del otro lado del océano, el 12 de octubre de 1913, Chichana, en la playa de Baltar, en Sanxenxo, con solo 23 años, no solo remontó los aires como ya acostumbraba a hacerlo, junto a Piñeiro, sino que esta vez ella gobernaba la nave, coronándose como la primera mujer piloto de Galicia, y de España.

Hay quienes aseguran que Elisa llegó a poseer la licencia para pilotar, pues el requisito de acumular al menos 50 horas de vuelo lo había cumplido con creces; sin embargo, la familia nunca tuvo constancia de que obtuviese el permiso. En todo caso, lo que sí nadie ha puesto en duda ha sido su proeza repetida en más de una ocasión.

Entre Piñeiro y Chichana surgió una profunda amistad que ni la distancia interrumpió.

Mantenían una correspondencia habitual y este consideraba a la intrépida joven una especie de hada que le otorgaba suerte y protección.

Un corto camino

Sin lugar a dudas, Chichana fue una de esas mujeres que recibieron al siglo XX, con todo lo que de liberal y moderno cargaba, a brazos abiertos, y aunque nunca renunció a su femineidad ni renegó del rol de la mujer en la familia, no los concibió como impedimentos para correr tras sus sueños.

En 1916, Elisa contrajo matrimonio con Enrique Alcaraz Díez, en ese entonces secretario de Sanidad en el puerto de Corcubión y que llegaría a ser Cónsul del Reino Unido de Gran Bretaña en Barcelona. Al siguiente año nació su hija Lucía.

Un futuro prometedor se dibujaba para la familia; sin embargo, el destino, llamémosle así, que a veces se revela de una manera cruel, injusta e incomprensible, tronchó propósitos y alegrías. Los terribles tiempos de la letal Gripe Española irrumpieron repartiendo pérdidas incontables y dolores insuperables. Chichana fue una de sus víctimas.

Primero llegó la muerte de Eduardo, su único hermano, después tocaría a la misma Elisa Patiño. Con solo 29 años y luego de varios meses de padecimiento, Chichana falleció a las 5:00 a.m. del 12 de abril de 1919.

De no haber sido por este triste desenlace, Elisa, sin cuestionamiento alguno, habría dejado muchas otras significativas huellas de su paso por la vida. Solo queda recordar y honrar a esta extraordinaria joven que, desplegando determinación, inteligencia y bravura, cruzó los cielos de Pontevedra.

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2022-12-26T08:00:00.0000000Z

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