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DIEZ PLATOS ARGENTINOS QUE HAY QUE PROBAR

CENTOLLA EN USHUAIA

Estrella en Tierra del Fuego, en los confines de la tierra, la centolla es uno de esos crustáceos que han terminado siendo un manjar. Siendo la temporada entre noviembre y enero la mejor para probarla, incluso hasta para vivir la experiencia de participar en su pesca, la centolla del Canal de Beagle destaca por su suavidad, textura y gusto, lo mismo al natural que en elaboraciones tan sencillas como hervida en agua de mar.

MBEJÚ EN MISIONES

Con nombre de origen guaraní, cuyo significado es “torta aplastada”, y herencia de la cocina de las misiones evangelizadoras de los jesuitas, el mbejú es un panqueque a base de almidón de mandioca y queso fresco que goza de un gusto muy original. Consumido sobre todo en desayunos y meriendas, es en la provincia de las Cataratas del Iguazú donde se podría vivir todo el día del mbejú. Solo o con el relleno que se desee, es de esas maravillas argentinas con las que el gusto se encandilará.

ASADO EN BUENOS AIRES

Característico de fiestas y reuniones entre familiares y amigos, la carne vacuna a las brasas, el más clásico de los platos argentinos, es imperdible. Desde la preparación del fuego y los cortes, siendo el asado de tira, vacío, entraña y bife de chorizo los predilectos, el asado va asumiendo su connotación. El olor de las brasas y la carne asándose son ya el detonante para que no se pueda esperar a probar esta delicia. El chimichurri, mezclado con perejil, orégano, ajo, vinagre, aceite, ají molido y sal, aderezará. Y no puede faltar el pan, encima del que los trozos cortados se pueden disfrutar.

EMPANADA DE CARNE EN SALTA

Con diversas adaptaciones según la región en la que se prepare, y secretos que solo son develados para aquellos que logran distinguir la combinación única de ingredientes, las empanadas argentinas son otra de esas exquisiteces que hay que probar. Cada región tiene su punto, pero es en Salta donde se prepara este pastel en forma de medialuna con el relleno más codiciado de Argentina. La mezcla de carne vacuna cortada a cuchillo, papa, cebolla picada, pimentón dulce, comino, ají molido, huevo duro y cebolla de verdeo, siempre se ha llevado las palmas.

CALAPURCA EN JUJUY

Ají molido, caldo de hueso vacuno, cebolla, charqui (un tipo de carne deshidratada), maíz pelado, papas y tomate son los ingredientes de esta sopa precolombina que cobró popularidad en tierras jujeñas. La introducción en la olla, antes de servirla, de una o varias piedras precalentadas en las brasas, hacen de esta una preparación diferente. Ese gusto tostado y característico que transporta a las técnicas prehistóricas de cocción, hacen de la calapurca un plato imprescindible de la gastronomía argentina.

CORDERO PATAGÓNICO EN SANTA CRUZ

Quizá porque el sur tiene las condiciones ideales para la cría de cordero, o porque es esta una carne a la que la mezcla de condimentos le viene de maravilla, o solo porque la Patagonia quiere agregarlo al infinito gusto de los argentinos por comer carne, es el cordero lo más apreciado allí. Con una cocción tradicional a la cruz, lenta y pareja, previamente adobado para que las especias potencien bien el sabor, el cordero patagónico termina de disfrutarse con un buen vino Malbec y entre amigos.

LOCRO EN EL NOA

Con origen precolombino y devenido un clásico de las fechas patrias como el 25 de mayo o el 9 de julio, el locro es un guiso hecho a base de maíz, zapallo y porotos. Característico entre los indios Quechuas, originarios de la Cordillera de los Andes, se cocina a fuego lento y, según la zona en la que tenga lugar, se van agregando nuevos ingredientes como carnes (de res o de cerdo), chorizo, cebolla, papa y pimentón. Perfecto para calentar el cuerpo y el espíritu en temporada de invierno, si de gastronomía argentina se trata, el locro no se puede dejar de probar.

ALFAJOR EN SANTA FE

Nadie puede irse de Argentina sin haber probado el alfajor, esa delicia en la que dos tapas de masa bañadas con cobertura encierran el exquisito dulce de leche. Para todos los gustos, con coberturas y rellenos que van desde coco, frutos rojos, chocolate blanco, mouse y praliné; una de sus mejores adaptaciones se la atribuye a la provincia de Santa Fe. Tres capas de masa tostada y crujiente, la perfecta elección de dulce de leche y el glasé de azúcar que lo cubre por completo son la clave para deleitar a los golosos.

TOMATICÁN EN SAN JUAN

Muy consumido en la región de Cuyo, aunque es también popular en Mendoza, y plato del día a día en la gastronomía huarpe cuyana, donde era muy popular en el verano, el tomaticán es un guiso a base de tomate, cebolla y huevo principalmente, aunque se le pueden agregar papas, otras verduras e incluso carne. Apto para todo paladar que quiera hacerse con las delicias argentinas, no le puede faltar al tomaticán un buen pan casero que se deje empapar en tan enjundioso plato.

HUMITA EN EL NORTE

A base de maíz, choclo, manteca, cebolla, ajo, queso cremoso y parmesano, y azúcar, la humita es todo un emblema del norte. Mezclados todos estos ingredientes y vertidos en la chala -hoja que envuelve al cereal para ser cocinado y que le da al plato una terminación muy original-, previamente lavada y remojada en agua hirviendo, se cierra luego el “embace” atándolo con el mismo hijo de la hoja. El resultado es una combinación de sabores y texturas que terminan deleitando al paladar.

ENTREVISTA

es-es

2021-11-12T08:00:00.0000000Z

2021-11-12T08:00:00.0000000Z

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