LANGOSTA al CAFÉ

INGREDIENTES

Aceite

Gotas de salsa Tabasco

Gotas de salsa inglesa

Pizca de granos de café en polvo

Sal y pimienta, la necesaria

PROCEDIMIENTO

Descongelar la langosta, en agua de mar libre de impurezas, durante 4 horas, lo que reactivará las sales aromáticas del crustáceo. Puede hacerse también en un horno de microondas, o en agua hirviendo, con las langostas metidas en una bolsa de plástico cerrada de manera hermética.

Cortarla en mitades, con un cuchillo de acero inoxidable. Cualquier otro metal oscurece la carne blanquísima del marisco. Extraer el cristal y el aparato digestivo. Dejar la grasa adherida a la cabeza que luego, con la marinada, aromatizará la masa. Echar enseguida a esa grasa un poco de zumo de limón para evitar así que se ennegrezca.

Sacar la masa y cortarla en pedazos gruesos de unos 3 cm de espesor. Marinarla con la sal pimentada, zumo de limón y un poco de aceite para que el jugo del cítrico no encurta la carne. Saltearla en mantequilla y aceite.

Cortar la cebolla a la jardinera fina y rehogarla en mantequilla. Cuando esté semidorada, echar los pedazos de langosta. Flamearla con coñac o whisky y apagarlo con vino blanco seco. Puntear todo con tabasco y salsa inglesa.

Añadir los champiñones. Agregar la crema bechamel y la crema de leche y el demi-glase. Puntear con tabasco y salsa inglesa. Añadir el extracto de café expreso y luego acomodar la masa en los carapachos.

Hacer una aleación de la crema bechamel y la crema de leche y recubrir con ella la masa. Polvorear con queso parmesano y gratinar.

Servir la langosta en platos. Acompañar con tres rebanadas de pan dispuestas en los platos en forma de triángulo en torno a las langostas. Polvorear ligeramente con granos de café molidos y machacados.

Acompañarla con una copa de vino blanco.