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El mito puertas adentro

EL ORIGEN DE LA MARCA COHIBA NO PUDO DARSE EN MEJOR LUGAR QUE EN «LA CASA DE LOS MISTERIOS». ESTE HABANO NACIÓ CONSENTIDO POR MANOS DE MUJER Y BENDECIDO POR TODA LA MÍSTICA DE ESTA ISLA

TEXTO / IXCHEL FUENTES FOTOS / ARCHIVO EXCELENCIAS Y HABANOS, S.A.

La historia de la marca Cohiba está indisolublemente unida a una majestuosa casa señorial de estilo ecléctico, ubicada en el selecto barrio apodado como El Laguito, en el oeste de la capital cubana.

Antes del triunfo de la Revolución fue propiedad de la familia sacarócrata formada por Alberto Casimiro Fowler, y en ella solían tener lugar múltiples eventos sociales.

Construida en lo alto de una pequeña colina, frente a la avenida principal que atravesaba el barrio, la edificación sirvió como escenario a fastuosas celebraciones, pero cayó en el abandono tras la muerte del patriarca familiar.

No fue hasta los primeros años de la década del 60 que se instaló en ella la escuela de las torcedoras quienes daban vida a los tabacos preferidos de Fidel Castro.

La selección del inmueble se debió a cuestiones de seguridad: la zona era frecuentada asiduamente por el líder cubano y las actividades protocolares tenían en este enclave su sede.

Pero el sobrenombre que ganara la mansión en sus años de descuido por parte de sus dueños originales, solo le fue en verdad merecido cuando de ella comenzó a manar, bajo el exclusivo mimo de manos de mujer, el hechizo único que proporciona un Cohiba.

Ya a mediados de la década del 60 del pasado siglo se reunieron en esta villa todos los ingredientes para hacer germinar un éxito: la torcedura de un producto con hojas de inmejorable calidad de las tierras de Vuelta Abajo*, bajo parámetros de calidad celosamente respetados.

Si bien la marca no nació oficialmente hasta 1966, la fábrica ya había echado a andar su producción para agasajar a dignatarios y otras personalidades, a muchos de los cuales se les hicieron Habanos con anillas personalizadas.

Nacieron sin un nombre que les identificara, pero los largos tabacos comenzaron a hacerse famosos, primero en las fotos de Fidel Castro y luego por las referencias que sus invitados comenzaron a hacerle.

Según consta, el 19 de octubre de 1965, del inmueble emergieron los lotes iniciales de la vitola denominada Laguito No.1.

En pos de una calidad óptima fue necesaria una fermentación adicional de la materia prima, en un cuarto oscuro, donde quedaban eliminadas toxinas como tartrato y parte de la nicotina, lo que mejora el aroma de los Habanos Cohiba y los vuelve más inocuos que otros de sus pares.

Los Lanceros son considerados los clásicos de Cohiba, también los favoritos de Fidel Castro, y las simientes para las generaciones posteriores.

Por orden cronológico existen ya la línea Clásica, desarrollada entre 1966 y 1989; la 1492, presentada en 1992 en homenaje a los cinco siglos

A SUS FUNCIONES INCORPORA LA FÁBRICA EL COMPROMISO DE SERVIR COMO MUSEO VIVO PARA LOS QUE ASISTEN A LAS EDICIONES DEL FESTIVAL DEL HABANO, QUE AÑO TRAS AÑO SE CELEBRA EN LA CAPITAL CUBANA

del descubrimiento de Cuba, y que exhibe con orgullo una vitola como Siglo VI, referencia esencial en el mundo del Habano.

Está también la línea Maduro 5, presentada en 2007, que, con tres nuevas vitolas, se distingue por una capa madura añejada durante cinco años (Genios, Mágicos y Secretos); y la renombrada Línea Cohiba Behike, nacida en 2010 y única en su tipo, pues para su elaboración se utilizan cuatro tipo de hojas: volado, seco, ligero y medio tiempo.

Tras más de medio siglo de quehacer ininterrumpido, el sitio del que nacen los Habanos de la marca Cohiba muestra un aspecto diferente al que tuviera en sus inicios.

En virtud de los menesteres propios de la faena que acogió, debieron adosársele otras naves tales como las galeras de torcido, las cámaras de congelación y de humectación del tabaco o de fumigación al vacío.

A sus funciones incorpora la fábrica el compromiso de servir como museo vivo para los que asisten a las ediciones del Festival del Habano, que año tras año se celebra en la capital cubana.

Allí comprueban sus visitantes que la otrora «casa de los misterios» alberga la magia indeleble que da vida a esa fiesta de los sentidos llamada Cohiba.

EL SOBRENOMBRE QUE GANARA LA MANSIÓN EN SUS AÑOS DE DESCUIDO

POR PARTE DE SUS DUEÑOS ORIGINALES SOLO LE FUE EN VERDAD

MERECIDO CUANDO DE ELLA COMENZÓ A MANAR

EL HECHIZO ÚNICO QUE PROPORCIONA UN COHIBA

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2022-09-05T07:00:00.0000000Z

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