IBEROAMÉRICA DE IDA Y VUELTA

LA GASTRONOMÍA IBEROAMERICANA NO SE ENTENDERÍA ACTUALMENTE SIN EL INTERCAMBIO DE ALIMENTOS, TÉCNICAS Y HERRAMIENTAS CULINARIAS A GRAN ESCALA; PERO QUIZÁ LO MÁS INTERESANTE ES CÓMO CADA REGIÓN HA SABIDO CREAR SU PROPIA IDENTIDAD GASTRONÓMICA A PARTIR DE UNA OFERTA Y CULTURA COMPARTIDAS

Muchos acontecimientos han marcado la historia de la gastronomía, pero hubo uno que cambió por completo nuestra forma de comer, modificando los hábitos alimentarios y enriqueciendo la oferta gastronómica con alimentos antes desconocidos.

El descubrimiento de América supuso un gran cambio para la gastronomía de ambos lados del Atlántico. Lo que comenzó con la búsqueda de una nueva ruta de las especias desencadenó, curiosamente, un intercambio de alimentos, técnicas y herramientas culinarias a gran escala.

ALIMENTOS DE IDA Y VUELTA

Sin duda, la gastronomía precolombina era rica y variada. Existen documentos escritos por los cronistas hispanos de la época, que describen las culturas alimentarias de los aborígenes americanos a la llegada de Colón, dando cuenta de los alimentos que consumían y los tipos de cocción que empleaban.

En Europa ya se empezaba a dar especial importancia a la gastronomía. La cocina española, basada fundamentalmente en el legado romano, se vio enriquecida en el período medieval por influencias de diferentes culturas como la cristiana, la andalusí o la sefardita.

A raíz del descubrimiento de América en 1492, se abrieron nuevas rutas comerciales que permitieron un intercambio culinario, protagonizado por los alimentos de ida y vuelta. Entre los productos que los españoles llevaron al continente americano, se encuentran algunos tan importantes como el trigo, el aceite de oliva, el café, el azúcar, el arroz, el vino o el ganado.

Entre los productos que los españoles llevaron al continente americano, se encuentran algunos tan importantes como el trigo, el aceite de oliva, el café, el azúcar, el arroz, el vino o el ganado.

De América, Europa recibió ingredientes de un valor incalculable, que hoy se encuentran entre los más básicos, como el tomate, la patata, el maíz, el cacao, el pimiento, el aguacate o las frutas tropicales.

EDUCACIÓN DEL GUSTO

La llegada de nuevos alimentos supuso una revolución no solo para las despensas, sino también para los paladares. La enorme variedad de alimentos introducidos dio lugar a que, en Europa, la gente empezara a descubrir nuevos sabores y aromas, especialmente sabores intensos como el picante mexicano, y productos exóticos como las frutas tropicales.

Todo ello permitió cambiar la concepción de la gastronomía que se tenía hasta el momento, fomentó la búsqueda del placer y comenzó a desarrollarse el sentido del gusto, la educación del paladar.

GASTRONOMÍAS NACIONALES

Hoy en día, la gastronomía iberoamericana, una de las más importantes del mundo, no se entendería sin esos alimentos de ida y vuelta. Pero quizá lo más interesante es cómo cada región ha sabido crear su propia identidad gastronómica a partir de una oferta y cultura gastronómica compartidas.

Cada país de Iberoamérica tiene sus singularidades culinarias, su propia diversidad y riqueza, incluso, diferentes cocinas regionales dentro de una misma nación. Y eso es algo que, sin duda, debemos dar a conocer.

De América, Europa recibió ingredientes de un valor incalculable, que hoy se encuentran entre los más básicos, como el tomate, la patata, el maíz, el cacao, el pimiento, el aguacate o las frutas tropicales.

ACADEMIAS NACIONALES DE GASTRONOMÍA

Así como la materia prima de Iberoamérica es conocida en todo el mundo, la cocina no se ha conseguido exportar de igual modo. Aún hoy, es difícil encontrar restaurantes españoles, fuera de España, que sean fieles al lugar de origen; y lo mismo ocurre con otros como los mexicanos, argentinos o peruanos.

Aunque es cierto que ya empiezan a cobrar relevancia internacional en el ámbito de la cocina creativa. En la última edición del ranking The World’s 50 Best Restaurants, 19 restaurantes iberoamericanos se situaron entre los 50 mejores del mundo.

En todo caso, aún queda mucho camino por recorrer para dar a conocer las gastronomías de Iberoamérica en todo su esplendor. Y aquí es donde cobran especial importancia las Academias Nacionales de Gastronomía, que deben convertirse en embajadoras de la cultura gastronómica de cada país.