PARTAGÁS EL CAMINO DE LA GLORIA
TEXTO / FOTOS: ROLANDO PUJOL
2023-07-13T07:00:00.0000000Z
2023-07-13T07:00:00.0000000Z
Exclusivas Latinoamericanas

https://revistasexcelencias.pressreader.com/article/282419878719324
Contents
Al fondo del Capitolio de La Habana, donde la calle Industria se intercepta con el céntrico Parque de la Fraternidad, se levanta un hermoso edificio colonial de noble prestancia con el número 520, que remata su frontispicio con una inscripción de grandes letras donde se lee: “Partagás, Real Fábrica de Tabacos” y sobre estas, la fecha de su fundación: “1845”. Su génesis se le debe a la ambición de un hombre que quiso elevarse al parnaso de los productores de puros de rancia estirpe, llamado Don Jaime Partagás y Rabel, un catalán que llegó a Cuba a principios del siglo XIX, como muchos otros emigrados españoles que pretendían “hacer las Américas” y alcanzar el goce de la fama y la fortuna. Encontró una oportunidad en la producción de tabacos, con el auge de los puros por el declive de la moda del rapé, coincidiendo, además, con una providencial cancelación de los impuestos, decretada por la Metrópolis, interesada en fomentar la industria tabacalera por esos años. Para llevar a vías de hecho su emprendimiento, el joven Jaime estableció un “chinchal” (pequeña factoría), en 1827, con la ayuda de un amigo comerciante que aportó una parte del capital. Comenzó a competir con los otros 500 chinchales que por entonces producían tabacos en La Habana. En la medida en que fue superando a muchos de sus rivales, Jaime Partagás fue llegando al entendimiento de que el éxito dependía, en buena medida, de la calidad de la materia prima. En cuanto su fortuna se lo permitió, Partagás comenzó a dar frecuentes viajes a Vuelta Abajo*, en Pinar del Río, donde adquirió algunas de las mejores plantaciones de tabaco; primicia que daría lugar, después de 20 años de persistente empeño, a la fundación en 1845 de uno de los más prósperos emporios de la industria tabacalera cubana. “La Flor de Tabacos de Partagás” sería su materialización, mudando el viejo establecimiento al nuevo y flamante edificio de la calle Industria, una mansión que sería reanimada como gran fábrica de tabacos, cuya producción rendiría cifras récords de hasta un millón de Habanos en un año, dándole empleo a casi medio millar de torcedores y operarios. El inmueble conserva hoy buena parte de sus elementos arquitectónicos originales del siglo XIX, que incluyen el patio interior rodeado de arcadas, actualmente cubierto y ampliado a inicios del siglo XX con una planta superior. Su imagen hacia el exterior es sencilla, pero de presencia vigorosa y maciza. Sus aletones (estructuras onduladas de la fachada) imprimen al edificio una personalidad propia dentro de la arquitec tura industrial habanera, en los pretiles de ambos bloques de inspiración barroca. La previsión de haber comprado vegas de excelente calidad permitió a Don Jaime disponer de las mejores hojas y, de hecho, producir Habanos ganadores de gran notoriedad entre los fumadores de mundo. De exquisito sabor, intenso, fuerte, la marca Partagás llegó a ser la preferida de la nobleza en varios países de Europa y Asia, que contrataban directamente a la fábrica sus mejores vitolas, de las cuales alcanzó a tener hasta 47 tipos de Habanos. Al coronarse como la marca de tabacos predilecta de reyes y príncipes, Partagás rebautizó a su empresa como “Real Fábrica de Tabaco”, blasón que hasta hoy proclama la fachada de la antigua fábrica. Pero los grandes, sobre todo después de tocar el cielo, pueden caer al abismo del infortunio. El 18 de julio de 1868, Don Jaime Partagás y Rabel recibió un disparo que le ocasionó la muerte entre el verde de las vegas de tabaco que tanto amó. Dicen que fue una venganza por un asunto de faldas, pero, hasta hoy, las circunstancias que rodearon la muerte del próspero catalán han quedado sumidas en las brumas del misterio. En el legado de Don Jaime Partagás queda el mejoramiento de las técnicas de fermentación y añejamiento del tabaco y la introducción en la industria de un tabaquero especial: el lector, que encendía la luz del saber desde los libros a los hábiles artesanos encargados de transformar las dúctiles hojas en obras de arte. La construcción de esta fábrica de tabacos respondió al auge que alcanzó esta industria en la segunda mitad del siglo XIX, cuando comenzaron a erigirse la mayoría de los grandes edificios dedicados a este fin. Partagás tuvo la particularidad de disfrutar de la más céntrica y privilegiada ubicación, estimada todavía hoy cuando el venerable edificio acoge en su planta baja a una de las más emblemáticas tiendas de Habanos en el mundo, donde se comercializan finas y espectaculares vitolas, humidores y otros productos de noble estirpe tabacalera. El intenso sabor hace reconocible a los Habanos de Partagás. Le dan carácter a su ligada, las hojas de tabaco seleccionadas en las cosechas de la región de Vuelta Abajo*, que se nutren de la tierra fértil, el rocío, únicas en el vitolario de Habanos que entrelazan a tres puros. Entre las más conocidas de sus vitolas se encuentra la Serie D No. 4, que se convirtió en la primera Reserva dentro de la marca Partagás. Se suman a esta los Lusitanias, 8-9-8 y la Pirámide de Partagás, Serie P No.2, preferida por los fumadores de Habanos de fortaleza fuerte, tras su presentación en el 2005. Dos nuevas vitolas de la Serie P No.2 y Serie D No.5 se unieron a la familia de Partagás en 2011, dentro del formato de las reconocidas Series. El año 2013 se destaca por la presentación de la primera Gran Reserva en la historia de la marca, Lusitanias Gran Reserva Cosecha 2007, para satisfacción de los fumadores expertos que gustan de las ligadas fuertes y con carácter. La Serie D No.6 prestigió la marca en 2014 y, en el 2015, Partagás Coronas Gordas inaugura el concepto de añejados, junto con otras dos marcas ilustres del portafolio de Habanos, S.A., Montecristo y Romeo y Julieta. En el 2017 sorprendió la novedosa Edición Limitada Partagás Serie No.1, con la vitola de galera Noblezas. Al año siguiente, 2018, la notoriedad le correspondió a Partagás Línea Maduro No. 2 y Maduro No. 3, que tuvieron como antecedente la vitola Maduro No. 1, lanzada en 2015 para la red de tiendas especializadas de La Casa del Habano. Para el 175 Aniversario de la marca, Habanos, S.A. escogió al Humidor Partagás Tropicales para realzar la conmemoración, suceso trascendente entre los exigentes amantes de los Habanos. Tropicales llegó como una vitola de formato parejo y elegante, con medidas únicas dentro del portafolio (cepo 54 x 175 mm de largo), una joya de gran formato y larga duración. La preferencia por los humidores de ediciones limitadas y diseños con contenidos de vitolas trascendentes van convirtiéndose en una tendencia entre los aficionados a los Habanos de alto estándar. Tras la pausa epidemiológica de años precedentes, Partagás, en su actual fábrica ubicada en la calle San Carlos No. 806, Centro Habana, celebra su 178 Aniversario en el 2023. Hoy los añejos salones de torcedores del viejo edificio de Industria No. 520 reposan y el eco de las chavetas es devorado por el silencio. El legado y la tradición ahora continúan en los predios de la fábrica, donde el espíritu de su fundador sigue transitando por los caminos de la Gloria.
es-es