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Pinceladas de la presencia canaria en Cuba

LOS INMIGRANTES LLEGARON A TIERRAS CUBANAS TRAYENDO SUS HÁBITOS DE TRABAJO, SUS CANTOS Y LA LENGUA QUE UNIÓ A AMBOS PUEBLOS, TRASMITIENDO IDEAS, COSTUMBRES, MODOS DE VIDA, HÁBITOS ALIMENTARIOS, CREENCIAS Y LEYENDAS

La presencia canaria en la Mayor de las Antillas tiene sus raíces en las prolongadas oleadas migratorias asentadas en el Nuevo Mundo desde los tiempos iniciales de la conquista. Las condiciones favorables de una economía en desarrollo en Cuba y Puerto Rico, concedidas por la corona hispana en la Real Cédula de 1688, activaron la migración continua de las familias canarias de origen campesino esencialmente, a lo que también contribuyó el temprano comercio colonial establecido entre Canarias y América.

Entre 1830 y 1850 se incrementa el flujo migratorio de isleños, hecho que coincide con la construcción de vías férreas en Cuba, donde participaron más de novecientos canarios en la edificación del primer tramo Habana-Bejucal.

En los censos de 1846 y 1862 había en Cuba una presencia canaria mayoritaria dentro de las migraciones hispánicas, considerada por los estudiosos cercana al 42%.

En el año 1846 los 117 466 habitantes de Cuba nacidos en la península representaban el 13,07% del total de la población de la Isla (898 742), mientras los canarios constituían el 6% de esa cifra, unos 53 825. El último tercio del siglo XIX y el primero del XX se caracterizan, de forma general, por una inmigración individual con predominio de varones en edades productivas.

Los inmigrantes vinieron a las feraces tierras cubanas trayendo sus hábitos de trabajo, sus cantos y la lengua que unió a ambos pueblos, trasmitiendo ideas, costumbres, modos de vida, hábitos alimentarios, creencias, leyendas.

Contribuyeron a la fundación y desarrollo de asentamientos urbanos y rurales, como fueron San Luis, San Juan y Martínez, La Palma y Candelaria, en la zona conocida como región Vuelta Abajo, actual Pinar del Río; Güiñes, Bejucal, Santiago de las Vegas, San Miguel de Padrón, en Mayabeque y La Habana, así como la ciudad de Matanzas.

En la zona central o región de Vuelta Arriba fundaron pueblos como Remedios, Camajuaní, Sagua la Grande, Vueltas, Zaza del Medio, Placetas, Taguasco, Cabaiguán y en el oriente del país se asentaron en Bayamo y Holguín, entre otros.

Los campesinos isleños se caracterizaron por una intensa y eficiente actividad agrícola que se fue perfeccionando con múltiples innovaciones tecnológicas, lo que les permitió lograr la aclimatación de cultivos mediterráneos a las regiones tropicales como la caña de azúcar. También fueron los artífices del desarrollo de la producción tabacalera en el Archipiélago y de la economía de subsistencia.

Entre 1830 y 1850 se incrementa el flujo migratorio de isleños, hecho que coincide con la construcción de vías férreas en Cuba, donde participaron más de 900 canarios

Entre los siglos XIX y XX numerosos canarios se dedicaron al comercio de víveres y al llamado comercio detallista. También laboraron en la industria alfarera, en las fábricas pequeñas, en La Habana y Sancti Spíritus e incursionaron en los negocios de imprenta y litografía.

Por otra parte, los aportes canarios y sus descendientes fueron transcendentales en el campo de las artes, las letras y las ciencias. En este sentido se destacaron como directores de periódicos y columnistas en los más relevantes órganos de prensa, así como profesores de música, directores de orquestas, críticos musicales y concertistas.

En el canto del campesino (la décima y el punto cubano con raíces esencialmente canarias), ha sido particularmente relevante la influencia recíproca. También en la poesía nacional marcaron hitos, tanto en su origen como en sus momentos definitorios.

En la educación hubo fundadores de colegios, directores de centros de segunda enseñanza y catedráticos universitarios, vinculados a las corrientes educativas más progresistas de su época; mientras en las ciencias se destacaron en la medicina y en el desarrollo tecnológico agrícola. Numerosos abogados se desempeñaron también en la asesoría judicial legal y económica.

De manera general, los canarios contribuyeron al desarrollo ascendente del pensamiento cubano en los diferentes períodos históricos, constituyendo un elemento fundamental en el proceso de transculturación que caracterizó la formación del etnos-nación cubano y de una identidad cultural propia.

Además, apoyaron o promovieron los reclamos de justicia social a lo largo de la historia de Cuba, tomando parte activa en las primeras sublevaciones campesinas ocurridas en los años de 1717, 1720 y 1723, como consecuencia del estanco del tabaco decretado por autoridades coloniales.

Fue significativa su participación en las guerras de independencia, lo que se demuestra en la de 1895, en que representaron el 41% de los hispánicos que pelearon al lado de los mambises, y el 42% del total de insurrectos de este origen caídos en dicha guerra.

La comunidad canaria se organiza por primera vez en la Asociación Canaria de Beneficencia y Protección

Agrícola en 1872, con el propósito de ofrecer protección a sus miembros.

El 11 de noviembre de 1906 se funda en La Habana la Asociación Canaria con la finalidad de contribuir a la asistencia sanitaria, instrucción, recreo y auxilio de sus socios. Los logros de tales propósitos se complementan con la creación de instituciones similares en otras provincias, lo que le permitió convertirse en instrumento de ayuda a los canarios residentes y también a sus descendientes.

Estas entidades fueron desapareciendo por diversas razones hacia la década de 1960 del pasado siglo. No obstante, en 1992 se funda la Asociación Canaria de Cuba «Leonor Pérez Cabrera», heredera del genuino acervo cultural hispánico en nuestra isla, institución que no solo tiene el mérito de agrupar a los nativos y descendientes de dicha región sino también de ser la que más ha extendido su trabajo con la constitución de 110 delegaciones en toda la geografía nacional.

Los vínculos que se crearon, las historias de vidas compartidas, la presencia en las diferentes manifestaciones artísticas y algunas de las principales ramas económicas del país, fueron calando hondo en una isla que adoptaba a nativos hispanos como hijos suyos.

Actualmente, resulta interesante hablar de la presencia de Cuba en Canarias. Marcada por una migración de jóvenes esencialmente, ocupando espacios laborales en la rama de la educación, la medicina, y otras.

Nos encontramos ante un gran desafío, estudiar el impacto de la presencia antillana al otro lado del Atlántico. Pasará el tiempo, y la huella de España en Cuba y de Cuba en España será imborrable…

Los vínculos, las historias de vidas, la presencia en las diferentes manifestaciones artísticas y la vida económica del país, fueron calando hondo en la isla

SUMARIO

es-es

2023-11-02T07:00:00.0000000Z

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