El ser humano como prioridad
Si se le pregunta a cualquiera de los miles de personas que han recibido en las últimas seis décadas la atención médica de un profesional de la salud cubano hay un elemento en común en el que coincidirían: los médicos cubanos miran a los ojos de sus pacientes, tocan sus cuerpos, escuchan lo que tengan que decir, les tratan con dignidad.
Esa receta, que puede resumirse en las palabras humanismo y profesionalidad, no es fortuita. Se trata de las premisas que asumió la medicina cubana tras el triunfo de enero de 1959.
Desde entonces, desarrollar una Medicina nueva, integral e integrada a todas las capas de la sociedad, universal, gratuita, basada en la ética y la solidaridad, sin espacio a ningún tipo de discriminación, constituyó la prioridad dentro del sector salubrista que contaba con apenas 6 300 médicos, de los cuales 3 000 abandonaron la Isla después del 1ro. de enero de 1959.
Transformar este panorama fue posible gracias a la voluntad política del naciente Estado revolucionario, que apostó por mejorar el bienestar y el estado de salud de la población cubana, y para ello priorizó, en primera instancia, elevar los niveles de instrucción y educación de cubanas y cubanos.
Con ello no solo se desarrollaría la promoción de salud y la prevención de enfermedades como bases de la atención
El sistema nacional de salud se organizó por niveles, desde la atención primaria hasta la terciaria, lo cual constituye la base estratégica del desarrollo alcanzado por la salud
médica, sino que sería posible impulsar una profunda reforma de le enseñanza universitaria, especialmente en Medicina y Estomatología.
Se trataba de dar respuesta a las necesidades de los nuevos hospitales que se construían, incluyendo además las instituciones rurales, pues el propósito era que la salud llegara a cada rincón de la geografía cubana.
El sistema nacional de salud se organizó por niveles, desde la atención primaria hasta la terciaria, lo cual constituye la base estratégica del desarrollo alcanzado por la salud pública de la nación caribeña.
En 1966 quedaban inaugurados ocho Institutos de Investigaciones de Ciencias Médicas de Cuba: el Instituto Nacional de Angiología y Cirugía Vascular (INACV), el Instituto de Hematología e Inmunología (IHI), el Instituto de Nefrología (INEF), el Instituto Nacional de Endocrinología (INE), el Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INOR), el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular (ICCC), el Instituto de Neurología y Neurocirugía (INN) y el Instituto de Gastroenterología (IGE).
In 1984, the implementation of the comprehensive general physician experience laid the foundations for the family doctor-and-nurse program
physician experience laid the foundations for the family doctor-and-nurse program. With this program, and the emergence of the Comprehensive General Physician as a medical specialty in 1985, Cuba shook up the conception of family and community medicine, and set an inclusive health care model based on prevention, with equal access to all citizens.
It is hard to believe how an underdeveloped nation, with limited resources, submitted to a six-decades-long U.S. economic, commercial, and financial blockade, may show important health and social development indicators —similar to those of the first world's— without taking into account the aforementioned milestones.
There lie the seeds of a national health care system boasting nearly half a million workers (497,593) serving at doctor's offices, polyclinics, dental services, hospitals, maternity waiting homes, grandparents' homes, nursing homes, rehabilitation centers and research institutes, among other services. If there were 1,076 inhabitants per physician in 1958, this ratio improved to 108 inhabitants per physician by 2020.
It is important to highlight the strong alliance between the national health system and the Cuban biotechnological and pharmaceutical industry, which are both globally renowned.
HUMAN RESOURCES, THE BEST OF TREASURES
The main strength of Cuba’s health care system is the country’s own training of human resources. To do so, the nation treasures a network of universities of medical sciences, stomatology, nursing, health technology schools and others, where thousands of Cuban and foreign students are trained. One of the best examples is the Latin American School of Medical Sciences, where over 30,000 students from hundreds of nations have learned the art of healing.
The ethic, humanism and professionalism with which medicine is taught in Cuba has made Cuban medical collaboration —turned 58 years in 2021— a hallmark. Cuban doctors have volunteered when facing Ebola in Western Africa, flooding, earthquakes, cholera outbreak and several other tough scenarios.
It was no different with the COVID-19 pandemic. 57 brigades from the “Henry Reeve” International Contingent of Physicians Specialized in Disaster Situations and Serious Epidemics provided assistance to 40 countries and territories in combating the virus.
Thousands of people regard Cuba as a safe destination, either for receiving medical care, study, or improving themselves. And this is not casual or weird. Treating human beings as the heart of everything has been, for years, the hallmark of Cuba.
The ethic, humanism and professionalism with which medicine is taught in Cuba has made Cuban medical collaboration a hallmark
SUMARIO
es-es
2021-11-26T08:00:00.0000000Z
2021-11-26T08:00:00.0000000Z
https://revistasexcelencias.pressreader.com/article/282127819747353
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