HUMIDORES LOS COFRES DEL TESORO

En el mundo de los Habanos, febrero es un mes que adquiere especial significación, pues la cosecha de tabaco se encuentra en su cenit, como resultado del esfuerzo y dedicación de los vegueros en las tierras del occidente cubano. Es también a mediados o finales del segundo mes del año cuando se celebra el Festival del Habano, la prestigiosa cita más relevante en el mundo para los amantes del tabaco Premium, que se desarrolla desde 1994. Su momento cumbre es la subasta de suntuosos humidores en la cena de clausura del evento, donde algunos de estos muebles para guardar los Habanos han llegado a adjudicarse por más de dos millones de euros.

Hermosas y singulares piezas de ebanistería, los humidores son confeccionados por carpinteros ebanistas muy especializados, porque no se trata de un mueble cualquiera. Para su elaboración se utiliza fundamentalmente el cedro, que mientras más antiguo y curado esté, mejor será para conservar los Habanos en un rango adecuado de humedad entre el 65 % y el 70 %, con una temperatura promedio de 20ºC.

Las gruesas vigas de cedro de las casas coloniales de La Habana Vieja, edificadas entre los siglos XVIII y XIX, demolidas por el tiempo y los huracanes, son muy codiciadas por los carpinteros para realizar es

tos cofres, lo cual es un maravilloso renacer para una madera que se ha añejado en los techos de los viejos inmuebles durante casi 200 años.

CADA UNO DE LOS HUMIDORES QUE SE SUBASTAN CADA AÑO EN EL FESTIVAL DEL HABANO SON PIEZAS ÚNICAS

Cada uno de los humidores que se subastan cada año en el Festival del Habano son piezas únicas y obras de arte inspiradas en las marcas líderes, donde resaltan Cohiba, Partagás, Montecristo, Romeo y Julieta, Hoyo de Monterrey y H. Upmann. Fantasías y alegorías del mundo del considerado mejor tabaco del mundo, así como los emblemáticos edificios patrimoniales de La Habana, entre los cuales destacan el Capitolio, o fábricas como Partagás o El Laguito, también inspiran a los artesanos, quienes transforman esas iconografías en suntuosos cofres, que atesoran puros de ensueño.

Fabricantes de estos elegantes e inspiradores armarios para conservar una obra de arte dentro de otra, tal cual resulta con los Habanos, consideran a los humidores como objetos preciosos y desafiantes, que requieren un alto nivel de ejecución y conocimientos de ebanistería.

Elie Bleu, quien resalta entre los fabricantes de humidores en el universo Habanos, opina que en el momento de concebir uno de los exclusivos cofres, la forma y el diseño están ante todo subordinadas a la función que deben cumplir. Sin embargo, la belleza, que es algo inseparable del placer de disfrutar de un Habano, hace que una vez establecidos los parámetros funcionales, todo el ingenio del ebanista alcance un vuelo total para hacer de la obra en creación la más hermosa y perdurable obra de arte. La belleza puede ser exótica, como puede ser de gran clasicismo y está en la naturaleza misma de las cosas, enfa

tiza en su concepto Elie Bleu, que valora la utilización en sus piezas, el uso de maderas exóticas y tropicales, con vetas y granulados sorprendentes y atractivos. Lo ideal es que la gente descubra en las cajas las abundantes propuestas de la naturaleza.

El ebanista cubano Ernesto Aguilera afirma que dedica mucho tiempo a la investigación antes de cortar la madera de sus humidores. Su inspiración puede estar basada en testimonios, fábulas o en una historia que salta inesperadamente desde un libro. Le ha sido muy útil apelar al conocimiento y a las pequeñas historias de campesinos, torcedores y personas vinculadas al Mundo de los Habanos. Según refiere Aguilera, los humidores son piezas íntimas, donde además de los Habanos, está depositada también el alma de su creador.

Cada año, los humidores que se subastan en el Festival del Habano son una sorpresa que se devela el día del remate a sus potenciales compradores. Los más portentosos pueden contener hasta 500 Habanos, de ediciones exclusivas, lo que les confiere un valor único e incalculable y hace de la puja una aventura de voluntades.